Durante el tercer trimestre del presente año, el mercado de oficinas de Clase A en Santiago cerró con una vacancia de 10,24% correspondiente a 178.873 m2. Lo anterior significa una disminución del 8% en relación al periodo entre abril y junio, una caída de 4% en comparación al año pasado. Esto, según un informe elaborado por la agencia de bienes inmuebles comerciales en Chile, Cushman & Wakefield.
El buen escenario, de acuerdo a la Market Research Leader, Rosario Meneses, ha sido “movido principalmente por la demanda de empresas asociadas a la tecnología y a la minería”.
Desde la compañía detallaron que en relación a la demanda o absorción positiva en el último trimestre estudiado sumó un total de 89.619 metros cuadrados, lo que es similar a lo registrado en años previos a la pandemia, cuando el promedio rodaba los 80.000 metros cuadrados. Esta estuvo marcada principalmente, de acuerdo a la empresa, por un traslado de firmas desde oficinas clase B a clase A en búsqueda de ubicaciones más competitivas y rentables, un fenómeno denominado “Fly to quality” que ha ido en aumento posterior al Covid-19.
La absorción negativa o desocupación por su parte, alcanzó entre julio y septiembre 52.043 metros cuadrados, lo que varía sólo en 3.338 metros cuadrados en relación al mismo periodo del 2022 donde se registraron 48.705 metros cuadrados.
Durante el tercer trimestre del presente año, el mercado de oficinas de Clase A en Santiago cerró con una vacancia de 10,24% correspondiente a 178.873 m2. Lo anterior significa una disminución del 8% en relación al periodo entre abril y junio, una caída de 4% en comparación al año pasado. Esto, según un informe elaborado por la agencia de bienes inmuebles comerciales en Chile, Cushman & Wakefield.
El buen escenario, de acuerdo a la Market Research Leader, Rosario Meneses, ha sido “movido principalmente por la demanda de empresas asociadas a la tecnología y a la minería”.
Desde la compañía detallaron que en relación a la demanda o absorción positiva en el último trimestre estudiado sumó un total de 89.619 metros cuadrados, lo que es similar a lo registrado en años previos a la pandemia, cuando el promedio rodaba los 80.000 metros cuadrados. Esta estuvo marcada principalmente, de acuerdo a la empresa, por un traslado de firmas desde oficinas clase B a clase A en búsqueda de ubicaciones más competitivas y rentables, un fenómeno denominado “Fly to quality” que ha ido en aumento posterior al Covid-19.
La absorción negativa o desocupación por su parte, alcanzó entre julio y septiembre 52.043 metros cuadrados, lo que varía sólo en 3.338 metros cuadrados en relación al mismo periodo del 2022 donde se registraron 48.705 metros cuadrados.
“Esto demuestra que la ocupación de nuevos espacios registra una gran recuperación, mostrando cifras similares previo al 2019, pero el dinamismo queda reducido debido a la alta desocupación que aún se observa”, declararon desde Cushman & Wakefield.
Así, sumando y restando oferta y demanda del mercado, se pudo observar que este trimestre la absorción neta fue de 26.314 metros cuadrados, lo que triplica a la registrada entre julio y septiembre del 2022. El acumulado semestral, por su parte, es 37.576 metros cuadrados, cuatro veces mayor que lo observado en el tercer trimestre del 2022, cuando se registraron 10.420 metros cuadrados.
Precios sin cambios
En cuanto al valor de promedio de arriendo de oficinas, el estudio muestra que en relación al segundo trimestre, la variación fue nula, manteniéndose en 0,51 UF por metro cuadrado, mientras que versus el 2022, se pudo evidenciar una disminución de sólo 0,7%. El precio en dólares, registró una caía del 1%, alcanzando los US$20,8 por metro cuadrado.
“Esto se observa debido a la estabilidad de la UF (variación menor al1%) y el aumento en 10% del valor del dólar respecto al periodo anterior”, expresaron desde la empresa.
Más en detalle, la empresa mostró que el formato más arrendado durante este periodo se mantiene, liderando con un 39% de las preferencias y 22 unidades cerradas el estilo compacto con una superficie entre 100 y 300 metros cuadrados. En segundo lugar, con el 26%, se posicionaron las oficinas por sobre los 900 metros cuadrados “lo cual corresponde un contrato de arriendo de varios pisos por una empresa financiera, cerrado en Nueva Las Condes”, especificaron desde Cushman & Wakefield.
Para poder proyectar el escenario futuro, la empresa informó que el total de proyectos en construcción suma 172.786 metros cuadrados, sin embargo, sólo un 6% ingresaría durante el último tramo del 2023. Lo anterior significaría sólo un 50% del promedio de los últimos 15 años. En anteproyectos, la firma estima que hay un un total de 205.149 metros cuadrados, de los cuales un 70% de ubica en Las Condes.
Considerando que este trimestre no han iniciado las obras de nuevos proyectos ni tampoco han aparecido nuevos anteproyectos, la empresa declaró que “es un indicador del interés de las inmobiliarias por desarrollar este tipo de activo. Esto demuestra la incertidumbre latente ante la menor demanda que se observaba el año 2021 y 2022 ante el aumento del modelo híbrido de trabajo. Esto ha llevado a muchos fondos a invertir a otros productos inmobiliarios, como la renta residencial o las bodegas”.
“Este año se ha registrado un aumento de la demanda de oficinas y existe un mayor dinamismo en la economía, lo cual podría reactivar los proyectos nuevos para el año 2024″, agregaron.