Sistemas eléctricos se posicionan como la alternativa más eficiente para calefaccionar el hogar
Junto con las bajas temperaturas también aumenta considerablemente la demanda por equipos que permitan calefaccionar los espacios dentro de los hogares y, con esto, sobrellevar el frío estacional. ¿Cuál es el tipo de calefacción más sustentable y eficiente? Esa es la pregunta que se buscó resolver el Informe de Calefacción elaborado por el Centro de Transición Energética (CTE) de la Universidad San Sebastián (USS).
Mantener una temperatura agradable dentro del hogar es esencial para la vida humana, por lo que uno de los objetivos fundamentales en la construcción de viviendas es proporcionar a sus residentes condiciones habitables apropiadas, estables y duraderas, con un enfoque especial en el confort térmico. Reforzando lo anterior, cada vez se hace más necesario minimizar el uso de energía y también aprovechar las alternativas más sustentables y eficientes en términos de calefacción.
Una de las primeras medidas que se deben considerar es conservar la energía térmica generada al interior de la vivienda. Asimismo, es fundamental reducir las áreas sin aislamiento para prevenir la formación de puentes térmicos, que se reconocen como una de las principales causas de la pérdida o fuga de energía en el hogar.
Dentro de los principales consejos destaca el asegurarse de que las paredes, techos y suelos estén bien aislados, lo que hará que se reduzca la pérdida de calor en invierno y se mantenga fresco en verano, considerando que el aislamiento debe instalarse lo más cerca posible del espacio habitable. En cuanto a la instalación de muros perimetrales que aíslen la vivienda del exterior, el Informe de Calefacción destaca que incrementar 1 centímetro en la aislación del muro puede implicar hasta un 50% de ahorro en energía.
A su vez, es clave sellar puertas y ventanas para no desperdiciar el calor y evitar corrientes de aire y filtraciones. Reemplazar las ventanas simples por aquellas de doble vidrio hermético (DVH) o termopanel aporta al acondicionamiento térmico de una vivienda y también ayuda a incrementar la resistencia térmica y mejora su aislamiento acústico.
Mientras que el uso de visillos o doble o cortina es una alternativa más económica, ya que igualmente genera una mejora en la conservación del calor en invierno. Esto, considerando que en zonas ventosas y con grandes variaciones de temperatura, las infiltraciones de aire pueden representar hasta el 60% de la demanda de energía para el calentamiento o enfriamiento de una vivienda.
Una vez que se haya efectuado un mejoramiento en cuanto a la eficiencia térmica de una vivienda, es crucial prestar atención al sistema de calefacción. Dependiendo del clima y de la calidad del aislamiento de los hogares, es posible que se requiera utilizar métodos de generación de calor por períodos prolongados -hasta por cuatro meses- para lograr niveles confortables de temperatura.
En cuanto a la elección de un sistema de calefacción hay varios factores a considerar. Uno de ellos es el poder calorífico del combustible que se va a utilizar, que se refiere a la cantidad de calor que puede generar dicho combustible por unidad. Otro elemento importante es la eficiencia del artefacto, que indica la capacidad del sistema para convertir la energía contenida en el combustible en calor útil para calentar un espacio determinado.
Si bien la leña asoma como una alternativa económica de calefacción, no es la manera más eficiente para calefaccionar los hogares y tampoco contribuye a minimizar el impacto al medio ambiente. Por otro lado, desde el punto de vista de la eficiencia energética, todos los calefactores eléctricos tienen la misma eficiencia (100%) independientemente de su precio, por lo que lo son en una fuente de energía limpia que no produce emisiones de gases y genera un alto nivel calórico que luego es transferido al ambiente.
Para Felipe Ruiz, jefe del Centro de Transición Energética (CTE) de la Universidad San Sebastián (USS), ‘‘actualmente estamos migrando de la utilización de combustibles fósiles a energías renovables y en nuestros hogares nos encontramos cada vez más electrificados. Mediante la utilización de estufas eléctricas, sistemas de calefacción y las nuevas tecnologías que se van incorporando, permitirá generar un medio ambiente más sustentable’’.
Así, es esencial que los sistemas de calefacción se adapten a las necesidades específicas de cada vivienda. En materia de eficiencia, costos y sustentabilidad, la electricidad sigue siendo la fuente de energía y alternativa menos invasiva para el medio ambiente, puesto que no produce emisiones de gases y tampoco requiere combustión para su funcionamiento.